EL TÉRMINO NATURAL NO GARANTIZA NECESARIAMENTE LA SEGURIDAD EN UN COSMÉTICO

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El consumidor identifica frecuentemente los productos naturales como más seguros frente al resto, y por tanto, libres de alergias.

La inclinación actual por la demanda de productos cosméticos naturales y ecológicos, se debe, en gran medida, a la preocupación de los consumidores por su salud y por hacer un consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente.

Generalmente, cuando el consumidor busca cosméticos naturales o ecológicos, su interpretación es asociarlo a productos más seguros y beneficiosos, sin embargo, tiene dudas acerca de los productos que encuentra en el mercado.

La preocupación por “los peligros asociados a los químicos sintéticos” ha originado nuevas conductas de compra, como es el caso de la búsqueda de los cosméticos “sin”: “sin parabenos”, “sin siliconas”, “sin sulfatos”, etc. Utilizar, por ejemplo, el término “sin parabenos” no debería ser aceptado de acuerdo al nuevo Documento Técnico sobre reivindicaciones relativas a productos cosméticos, que aporta nuevos elementos que serán aplicables a partir de julio de 2019, pues este tipo de claim desacredita a aquellos parabenos aceptados por el reglamento y por tanto seguros para su uso en cosmética.

No obstante, la tendencia actual hace caer al consumidor, vulnerable por la información que recibe, en un error. En este caso, son necesarias más directrices para proveer una protección adecuada tanto a consumidores como a profesionales respecto a “claims engañosos”.

Desde el punto de vista, es importante invertir en educación del consumidor, ya que la evaluación de seguridad de los productos cosméticos es igual en todos los casos, y cualquier producto cosmético tiene que cumplir con las normas de seguridad establecidas en el reglamento. Y sobre todo incidir en que el término natural no significa seguro o inocuo. Para ello, debemos generar información adecuada sobre los productos que evite la confusión en el consumidor.

Respecto a la cosmética natural, no podemos atribuir el consumo de la misma a un aumento en la seguridad del producto y consecuente disminución de riesgo de alergia asociada.

Pues es en el caso de los productos naturales, compuestos de complejas mezclas, donde últimamente se está registrando un incremento en dermatitis de contacto y/o alergias, debido en gran parte a ser producto tendencia. De los pacientes con dermatitis de contacto debidas a cosméticos, existe una alta prevalencia de sensibilización a cosméticos naturales a base de extractos de plantas o aceites esenciales, uno de los motivos es que en las sustancias naturales no está identificada toda la composición, frente a las sustancias sintéticas, de las cuales conocemos su total composición y sabemos qué ingrediente debemos evitar tan solo con leer el etiquetado. Como resultado, los cosméticos mejor tolerados son aquellos que son más sencillos.

Las evaluaciones que se realizan sobre sujetos antes de la puesta en marcha del producto en el mercado para evaluar la seguridad del mismo, engloban pruebas epicutáneas, como son el patch test, HRIPT u otros. Estos test se realizan en los productos cosméticos, ya sean naturales o no, para garantizar una adecuada compatibilidad cutánea del producto.

Este tipo de estudios, se deben realizar en compañías especializadas en evaluación de seguridad de productos cosméticos y son similares a los realizados en las consultas de alergología, en las cuáles se utilizan baterías de productos potencialmente alergénicos. Las pruebas se realizan en sujetos a los cuáles se les coloca en espalda bajo oclusión (parche) una cantidad determinada de producto, y mediante distintos protocolos se determina el potencial irritante o alergénico del producto en cuestión. No obstante, hay que reseñar que el claim “hipoalergénico” no garantiza completa ausencia de riesgo de reacción alergénica.

Por otro lado, cuando un consumidor presenta una alergia frente a un producto cosmético, normalmente presenta una alergia frente a uno de sus ingredientes, destacando sobre todo los conservantes y los alérgenos, los cuales suelen estar presentes en los perfumes. Un claro ejemplo, son los extractos naturales de plantas que contienen alérgenos, como el linalool en el jazmín.

Como conclusión, es importante desde la industria, incidir en que todos los productos cosméticos en el mercado siguen normas de seguridad, y por tanto, la inclinación del consumidor por la cosmética natural no debería ser la de “pensar que el cosmético que no es natural pueda no ser seguro”.

María Barbero Calderón

Responsable de estudios cosméticos in vivo en Zurko Research

maria.barbero@zurkoresearch.com